Lo obvio, lo extraordinario y la capacidad de asombro.

Hoy en clase de ética tocamos estos temas, rápidamente, nada muy formal o profundo, pero me gustó el tema. 

Cuestionamos la obviedad, ¿La obviedad reduce nuestra capacidad de asombro? a veces, depende, nos dijeron que de preferencia cuestionáramos todo, todo sobre todo, cualquier concepto que nos han enseñado, El ejemplo fue un pájaro, como se nos hace obvio que un pájaro cante y no es sorprendente, ni maravilloso y poca gente ahora lo disfruta; Retomando ese ejemplo, lo comenté en el café donde también vimos el lado de que podemos poner al mismo pájaro en otro ambiente como sería un salón y entonces la situación se vuelve extraordinaria y fuera de lo común, ahí si nos sorprendemos, es importante el contexto.

Una vez un maestro o un conferencista no recuerdo pero sé que esto me lo dejo la escuela, la frase fue “Niños, nunca pierdan su capacidad de asombro” a que se refería esto, a que nunca dejáramos de sorprendernos, a que hay que disfrutar las cosas sencillas, a que por más cotidiano que sea ver el cielo, siempre nos debe asombrar su inmensidad, sus colores y los paisajes que nos permite contemplar, las noches con estrellas... etc. Entonces yo lo repito, nunca nunca nunca pierdan su capacidad de asombro. 

Lo extraordinario se puede definir como lo que no es “normal”, cosas fuera de la cotidianidad. ¿Qué te sorprende? ¿Qué te conmueve? ¿Qué te saca de tu rutina?; Espero que la respuesta sean cosas sencillas, nada como “Un ovni, un viaje a la luna...” por que entonces sí, has perdido casi en su totalidad tu capacidad de asombro. 

Conclusión... Sonríe, ríe de la vida, las cosas sencillas son mejores, observa el cielo, la luna, juega como niño de 3 años y pregunta todo, sigue con esa curiosidad, truena burbujas, juega con tu perro, manténte pequeño...